lunes, 11 de agosto de 2014

Cómo llegué a tener diabetes tipo 2

Mi abuela era diabética. No se bien qué tipo de diabetes tenía, pero supongo que la tipo 2. Era gordita y de mayor tuvo Glaucoma. Finalmente murió de cáncer ginecológico, pero la diabetes le amargó bastante la vida (nunca mejor dicho, ya que era muy golosa). Un beso muy fuerte abuelita Hilda, estés donde estés.

Luego dirán que la genética no tiene que ver, pero mi hermano mayor tiene diabetes. Siempre pensé que era tipo 1, pero hace algunos años supe que era tipo 2 y que llevaba tratamiento de pastillas. A mi hermana menor le diagnosticaron azúcar muy alto hace ya unos cuantos años. Y ni corta ni perezosa se sometió a una operación que a mi me parecía una verdadera locura: bypass gástrico. Desde entonces, mi hermana no ha vuelto a tener problemas con el azúcar (aunque a mi me parecía ciencia ficción y una verdadera locura).

Pero volvamos a mi. Cuando tenía unos treinta años, fui diagnosticada como prediabética. Tenía el azúcar alto y logré controlarlo a base de dieta. De los 30 a los 39 viví con altibajos de azúcar y de peso, pero no le di demasiada importancia. A los 39 años me quedé embarazada y no fui capaz de pasar la prueba de azúcar. Me diagnosticaron Diabetes gestacional. Pasé un embarazo algo complicado, ya que nadie tuvo a bien explicarme que algunos alimentos (como la leche, por ejemplo) tienen azúcar y que debía intentar evitarlos para bajar los niveles de azúcar. Sí, parece de risa, pero es cierto.  Yo no tomaba azúcar y pensaba que con eso debía ser suficiente. No sabía nada de los hidratos de carbono ni de los azúcares... Pero, finalmente di a luz a una preciosa niña muy sanita y tras consultar con mi ginecóloga, di por finalizada mi diabetes gestacional. ¡Muerto el perro se acabó la rabia!, pensé. Y me equivoqué.

Es probable que tras el embarazo, la diabetes gestacional hubiera remitido. O no, o tal vez simplemente había mutado (si es que esto sucede) y se había convertido en una diabetes tipo 2 normal y corrientucha... O tal vez desarrollé después la diabetes tipo 2... Lo cierto es que no lo sé. No tengo ni idea. No me hice más análisis y decidí que estaba sana. Como disculpa diré que tras el nacimiento de nuestra hija, mi marido fue intervenido por un cáncer y si bien salió todo fenomenal, el susto que pasamos fue tan grande que pocas ganas me quedaron de estar enferma. Y llegué a pesar 106 kilos y acudí donde una homeópata para conseguir volver a un peso más normal. Pero nunca volví a ser delgada como era cuando conocí a mi marido.

Cuatro años más tarde (es decir hace cuatro años), una infección de orina muy aparatosa me hace ir al médico de cabecera y hacerme análisis. Y ahí fue cuando me tuve que enfrentar a la realidad: por primera vez me diagnosticaron Diabetes tipo 2. Perdí visión en ambos ojos. Y me mandaron una dieta muy, muy estricta. Me explicaron que debía hacer mucho ejercicio y que debía tomar medicación, que tras algunos ajustes se estableció en tres pastillas al día de Metformina 850 (una antes del desayuno, otra antes de la comida y otra antes de la cena). Me asusté. Empecé a hacer fitness y después comencé a caminar como poco una hora al día.  Y las cosas iban bien.

Pero me quedé en paro. Y llegó la crisis. Y la sanidad pública decidió que no me daban más las tiras y los pinchitos para medirme los niveles de azúcar en sangre porque no era insulino-dependiente. El precio de las tiras era algo desmesurado y no me lo podía permitir. Y siendo mujer y mayor de 40 años no había forma de encontrar trabajo. Así que, al final, decidimos irnos de España y establecernos en Irlanda.

Aquí, en Irlanda, conseguí trabajo. Y cuando lo conseguí, hicimos una promesa: Ahorrar todo lo posible para poder realizarme un bypass gástrico para intentar hacer remitir la diabetes. El 28 de Julio de 2014 me sometí a un bypass realizado por el Dr. Resa en la Clínica Montpellier de Zaragoza. ¿Conseguiré hacer remitir mi diabetes? Aquí lo iré contando.

Gracias por leerme.

2 comentarios:

  1. Ay, Paola, me encanta que hayas abierto el blog!! Y promete ser muy interesante, porque uno nunca sabe por dónde salta la liebre, y genético o no, siempre hay un riesgo de que, por un cambio de dieta, se pueda desarrollar una diabetes. O por la tensión, ya ves el susto que me llevé hace meses!

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    1. Muchas gracias Candela ;-). haré lo posible por ir actualizando y contando cómo sigue todo el proceso :-)

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